Una manera de jugar que nos rememora la infancia es jugar descalzos. De niños nos encantaba estar descalzos todo el tiempo, correr por nuestra casa o patio, sobre arena y la grama sintiendo las distintas superficies y texturas con la planta de los pies, con una sensación de libertad que luego perdimos. Incluso, más allá de la diversión, estar descalzos realizando diversas actividades es beneficioso para la salud integral. Cuando motivamos a las personas a jugar descalzas estamos procurando desarrollar algunas habilidades motrices, entre ellas el equilibrio. Otros beneficios para la salud son: mejorar la transpiración y la circulación sanguínea, calmar el estrés y la ansiedad, mejorar la estructura anatómica, entre otros. Veamos entonces algunos juegos infantiles o para adultos, recomendados para realizar descalzos: