Muchos de los juegos recreativos que los niños juegan permiten poner en ejecución diversas habilidades mentales, como el análisis, síntesis, la capacidad de deducir, de trazar un plan, de elegir posibles caminos para llegar a un resultado, distribuirse tareas entre los miembros de un equipo, ser capaces de analizar resultados parciales en el desarrollo del juego y enmendar la manera de actuar luego de evaluar los resultados. Los juegos de los niños pueden plantear multitud de situaciones que podríamos llamar un problema: resolver un acertijo, ayudar a un personaje en apuros, solventar un obstáculo complejo, escoger una entre diversas opciones, elegir el momento adecuado para realizar una acción, entre muchos otros. Incluso podemos llegar a afirmar que, en general, casi todos los juegos con un objetivo definido le presentan a los jugadores algún tipo de problema que deben resolver. Así, al jugar, ellos participan analizando y resolviendo problemas de algún tipo. Al resolver problemas,